Episodios de una pandemia inconmensurable: las mujeres en la gestión de la salud en Mar del Plata

La pandemia como acontecimiento

Un día de fin de año 2019 recibimos la noticia de una nueva enfermedad provocada por una extraña mutación del virus llamado corona que provenía de una región de China.[1] La escuchamos como un evento lejano, alguna gripe asiática que ocurría muy lejos. Pero en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud declara la situación global de pandemia. En Argentina se activa la vigilancia epidemiológica y comienza la etapa de aislamiento social preventivo y obligatorio. Ingresan al país los primeros casos que llegan de Europa. La pandemia de COVID-19 se convierte en acontecimiento, irrumpe como un evento disruptivo que provoca un giro en nuestra vida cotidiana.[2] Esta dislocación interpela los vínculos y relaciones sociales, se cierran las escuelas, se vacían los espacios públicos. La tecnología digital invade todas las dimensiones y se profundiza la brecha entre sectores incluidos y marginales. Se reactualizan expresiones de violencia y discriminación.

La pandemia tiene un impacto especial en las trabajadoras, los trabajadores y servicios de salud. Ellas y ellos enfrentaron la atención de una nueva enfermedad infecciosa, altamente transmisible, con complicaciones que necesitan cuidados intensivos y pueden provocar la muerte. Los servicios se reorganizaron según decisiones tomadas sobre la marcha de la epidemia para la atención de la enfermedad y de las otras dolencias que continúan afectando a la población. Esta experiencia tiene el potencial de interpelar los modos de gestión en salud hacia formas más democráticas y sensibles a la matriz de desigualdades étnicas, sociales y de género.

Con el propósito de contribuir a la reflexión, repasamos los testimonios de mujeres con cargos de gestión en los niveles nacional, provincial y municipal de los efectores públicos de salud situados en Mar del Plata. Las entrevistas son parte del proyecto de investigación “Transitar de la pandemia a la postpandemia, desafíos y posibilidades de los nuevos escenarios en la salud pública desde las narrativas de sus trabajadores/as”, en desarrollo por universidades e institutos nacionales de distintas regiones de Argentina, financiado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación.

 

¿Cuán feliz es La Feliz?

Mar del Plata, comúnmente llamada La Feliz, es una de las ciudades balnearias más importantes de Argentina. No obstante, desde hace décadas es más conocida por su desigualdad social. Con la emergencia sanitaria la desocupación alcanzó su récord histórico y aumentaron de modo alarmante la pobreza y la indigencia en la ciudad. Desde el primer caso positivo de COVID-19 en marzo de 2020, organizaciones sociales rápidamente advirtieron que ello traería aparejado una profundización de la crisis social. En el contexto disruptivo y plagado de incertidumbres propio de la pandemia se conformaron espacios novedosos que comenzaron a pensar qué hacer, cómo optimizar recursos y generar nuevas formas de resistencia y de asistencia que se transformaron en una red de contención sin precedentes: los comités barriales de emergencia, conformados mayoritariamente por mujeres.

Barrio La Herradura, Mar del Plata.

 

En el municipio se implementaron estrategias como la línea 107, se adecuó el SAME y se articuló con Cruz Roja, Policía Ecológica y la Universidad Nacional de Mar del Plata. Se crearon las llamadas Arcas de Noé, hoteles para el aislamiento de los casos confirmados sin gravedad y contactos estrechos. Los servicios de salud provinciales y nacionales que funcionan en la ciudad se reorganizaron, y el hospital regional acondicionó un piso para la atención de COVID-19 y alojó en su predio un nuevo hospital modular. Los institutos nacionales respondieron con la confirmación diagnóstica de casos positivos por laboratorio y la rehabilitación de las complicaciones postcovid. A pesar de los esfuerzos por sostener el trabajo y generar estrategias de cuidado desde las organizaciones y el sector salud, la pandemia sacó a relucir reclamos históricamente postergados que se entrecruzan con el malestar y el agotamiento del personal de salud. Trabajadoras de la salud expresaron el reclamo por su derecho a un sueldo digno y al reconocimiento de la profesión de enfermería, a la que también se sumaron personal de limpieza y camilleros.

 

La gestión de la pandemia en primera persona

La pandemia evidenció la importancia de un sistema de salud fortalecido y la centralidad de los trabajadores y las trabajadoras de salud en la comunidad. Cobró visibilidad el papel preponderante de las tareas de cuidado como sostén de la vida social y económica. Para las mujeres en la gestión de salud, la pandemia implicó las tareas asignadas al rol, cuidar la salud de compañeras y compañeros de trabajo, contener emocionalmente a quienes se enfrentaban al cansancio, estrés e incertidumbre provocado por la ola de contagios, internaciones y fallecimientos, a la vez que asumir el propio cuidado y el de sus familias. Lucía relata que “fue un impacto bastante negativo para el sistema de salud y reorganizarte, porque no se olviden que teníamos la familia en casa, no había escuela y casi todos tenemos hijos”. Liliana recuerda: “lo estaba llevando a mi papá a radioterapia, empezó a deteriorarse de un cáncer de próstata y fue muy complicado, porque fue en pleno brote de 400 casos por día en Mar del Plata”.

Las mujeres en la gestión también debieron enfrentar noticias falsas que contribuían a acrecentar el temor y la incertidumbre. Isabel relata que viajó a Buenos Aires porque su padre fue internado a principios del ASPO, cuando recibió una denuncia que se viralizó en las redes sociales: “fueron días dificilísimos, había un desprestigio total de nuestra institución todos los días en las redes. Yo estaba pasando una situación familiar difícil. Fue una situación tensa desde lo personal y también desde la gestión, porque cuando salen así con mentiras es realmente difícil”.

 

Plaza Rocha, Mar del Plata.

 

Quienes ejercen tareas de cuidado en el hospital o el centro de salud y en el hogar se quedan sin tiempo para atender su propio cuidado. Vanesa reflexiona: “fue como un estado de depresión, de estar muy para adentro y de pensar ‘no me puedo enfermar porque tengo todo esto por hacer’. Estoy cansada, descuidarme y no querer arreglarme. No volví a hacer actividad física. Las relaciones sociales: cero. Así que fue difícil”. Las mujeres señalan las consecuencias de haber puesto el cuerpo sin descanso en la multiplicidad de situaciones familiares y laborales que se fueron acumulando durante la pandemia. Todas ellas han recurrido a la terapia. Lucía reconoce: “hoy estoy pagando todo eso, porque estoy con un estrés muy importante. Tuve que volver a terapia y en realidad fue la pandemia lo que me está pasando: tengo estrés laboral por la pandemia”. La responsabilidad del cuidado se vio aumentada en el ámbito laboral, en un contexto de incertidumbre generalizada. Así se gestaron espacios de cuidado de los trabajadores y las trabajadoras, como el “Cuidar a los que Cuidan”, el Comité de Violencia Laboral y de Género, o el Comité de Contención en Enfermería, algunos con la expectativa de continuidad en la pospandemia.

 

¿Y ahora cómo seguimos?

Analizar las narrativas de mujeres en la gestión de salud en la coyuntura epidemiológica dominada por la pandemia puede contribuir a revisar las condiciones de trabajo del sector salud, feminizado y atravesado por el pluriempleo y la violencia institucional, así como a profundizar los modelos de atención en la perspectiva de derechos. Los desafíos en la reorganización de los servicios de salud incluyen instituir modos democráticos e interdisciplinarios de gestión, capaces de alojar la autonomía necesaria de los trabajadores y las trabajadoras para producir salud (Sousa Campos, 2021). ¿Podrán las mujeres en los roles ejecutivos desafiar la organización vertical del sector salud, signada por estructuras jerarquizadas y rígidas normativas?

Sostenemos que las mujeres en la gestión de la pandemia abren una oportunidad para profundizar los procesos locales de decisión, si se proponen superar el modelo médico hegemónico y la organización patriarcal de las instituciones de salud para dar lugar a las iniciativas creativas y transformadoras de la salud pública en el tránsito a la pospandemia.

 

Bibliografía

Burijovich J (2021): “Episodios de una pandemia inconmensurable. Desde lejos no se ve”. La Tinta, 12 de julio.

Hyden LC (1997): “Illness and Narrative”. Sociology of Health & Illness, 19 (1).

Sousa Campos GW (2021): Gestión en salud: en defensa de la vida. Cuadernos del ISCo/Salud Colectiva, 14. Remedios de Escalada: UNLa.

Sy, A, J Burijovich, LM Zóttola, ME Suárez, M Stival, V Alonso, EM Ojeda, MI Lorenzetti y RI Drovetta (2021): “Episodios de una pandemia inconmensurable. Toda la sangre puede ser canción en el viento”. Viento Sur, 18 de julio.

 

Las autoras pertenecen al Instituto Nacional de Epidemiología (INE/ANLIS). Valeria Alonso es antropóloga (UBA), magister en Ciencias Sociales y Salud, doctoranda en Psicología y docente (UNMdP). María Mercedes Hoffmann es licenciada en Ciencias de la Educación, especialista en Docencia Universitaria, maestranda en Procesos Educativos y docente (UNMdP). Paula Mercedes Romero es licenciada en Psicología (UNMdP), maestranda en Psicología Social y Comunitaria y becaria doctoral en Psicología (CIC/UNMdP). Sonia Fuertes es profesora en Ciencias Sociales, licenciada en Filosofía (UNTreF). Paula Posada Campoy es licenciada y profesora en Comunicación Social (UNLP). Laura Paola Sánchez es licenciada en Enfermería, especialista en Docencia Universitaria (UNMdP), y maestranda en Práctica Docente. Mariel Susana Varela es técnica en Gestión de Políticas Públicas (UNTreF).

[1] Otros “episodios” fueron publicados en Burijovich (2021) y Sy et al. (2021).

[2] La enfermedad como disrupción de la vida cotidiana fue pensada con la emergencia de las enfermedades crónicas por Michael Bury y luego aplicada a la investigación en VIH-SIDA (Hyden, 1997).

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