El Gran Chaco Argentino, SOS

El modelo global depredador
El modelo de desarrollo que se desplegó como consecuencia directa de la expansión del capitalismo de posguerra trajo consigo consecuencias nefastas para toda la humanidad. La utilización intensiva de combustibles fósiles como energía barata impulsó aquel proceso y al mismo tiempo arrojó al planeta a una afectación ambiental sin precedentes. Sobre los inicios del nuevo mileno emergen interrogantes preocupantes. ¿Por cuánto tiempo se podrá sostener este modelo sin pagar el precio de la extinción de una parte importante de la humanidad? ¿A qué distancia nos encontramos del definitivo default ecológico? La situación se presenta –parafraseando la genial novela de García Márquez– como la Crónica de una muerte anunciada. Ya en el año 1972 el general Juan Domingo Perón escribe desde el exilio su Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo, señalando: “Creemos que ha llegado la hora en que todos los pueblos y gobiernos del mundo cobren conciencia de la marcha suicida que la humanidad ha emprendido a través de la contaminación del medio ambiente y la biosfera, la dilapidación de los recursos naturales, el crecimiento sin freno de la población y la sobre-estimación de la tecnología, y la necesidad de invertir de inmediato la dirección de esta marcha, a través de una acción mancomunada internacional”.
El modelo daba cuenta de un avance sobre la naturaleza y los bienes comunes, con las consecuencias de contaminación ambiental, y los signos de alarma y de convocatoria a la construcción de un modelo amigable con el medio ambiente no fueron escuchados. La depredación de las diferentes biósferas siguió su curso, al punto que el Papa Francisco señala, por ejemplo, lo siguiente: “el calentamiento global tiene efectos sobre el ciclo del carbono. Crea un círculo vicioso que agrava aún más la situación, y que afectará la disponibilidad de recursos imprescindibles, como el agua potable, la energía y la producción agrícola de las zonas más cálidas, y provocará la extinción de parte de la biodiversidad del planeta” (Francisco, 2015: 22).
Según una publicación de la BBC, de acuerdo al último informe sobre el cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) creado en el seno de la UN, muchos cambios producidos en el clima son a esta altura irreversibles: “el calentamiento que hemos experimentado hasta la fecha ha generado cambios en muchos de nuestros sistemas de soporte planetario que son irreversibles en escalas de tiempo de siglos a milenios. Los océanos seguirán calentándose y se volverán más ácidos. Los glaciares de montaña y polares continuarán derritiéndose durante décadas o siglos. ‘Las consecuencias seguirán empeorando con cada calentamiento’, dijo el profesor Hawkins. ‘Y para muchas de estas consecuencias, no hay vuelta atrás’” (BBC, 2021).
La conclusión a la que se puede llegar es que la humanidad se encuentra en un punto de no retorno en su vínculo –depredador– con la casa común.

Las consecuencias en nuestro terruño
El Gran Chaco es una extensa región del sur de América que representa una destacada unidad ecológica. En conjunto abarca alrededor de 1.100.000 km2 en el centro de Sudamérica e incluye la mayor superficie de bosque seco del mundo. Como el conjunto de las biosferas del planeta, sufre las consecuencias de la devastación que trae consigo el calentamiento global y el cambio climático.
El modelo de desarrollo –que ha profundizado y globalizado sus más dañinas características con el avance del neoliberalismo– dio lugar a nuevas formas de colonialidad para Latinoamérica y hundió a toda la región en una lógica de saqueo de sus recursos naturales. El avance de la frontera agrícola –proceso de sojización– tiene como consecuencia directa el arrasamiento de la flora, la fauna nativa, el desmonte y la pérdida de los bosques que han sostenido el equilibrio ecológico desde el inicio de los tiempos. Se ha alterado el ciclo del carbono y con ello se agravó y profundizó el cambio climático con consecuencias nefastas, como el cambio en el ciclo de las lluvias o procesos avanzados de desertificación. “La extracción de la vegetación natural puede generar la degradación del suelo por procesos de erosión hídrica y eólica. Los bosques son sistemas en equilibrio con grandes volúmenes de agua que son a su vez un recurso esencial para la vegetación. La extracción de los árboles degrada el suelo por una disminución en la materia orgánica, esto favorece procesos erosivos y una baja infiltración de agua en el perfil” (Grima, Grima y Cruz Solares, 2020).
Estas drásticas modificaciones del medio ambiente son acompañadas por la alteración en las formas de vida de las poblaciones que han morado históricamente en estos territorios. Los campesinos y pueblos originarios sufren los efectos de este proceso y con ello una novel forma de colonización. Ahora el avance de los nuevos cultivos, de la propiedad privada sobre la comunalidad y el desarraigo de los territorios que ello produce los vuelve a ubicar por debajo de la línea de condenación (Maldonado Torres, 2019: 93). El colonizador los devuelve al universo de los subhumanos, categoría que les concedió en tiempos del conquistador español.
Arturo Pinto es un exsacerdote que desde hace muchísimos años está radicado en la localidad de Ingeniero Juárez, Formosa, y desarrolla acciones de promoción humana con pueblos Wichis. Él describe los efectos del cambio climático de una manera simple, pero a la vez contundente: “Todos los años tenemos tres meses de agua y después el resto no hay lluvias, pero estos años se están presentando como que no va a llover y ahora se está diciendo que hasta diciembre o enero no va a llover, entonces las comunidades dependen del río tienen que ir a buscar agua, esto es fruto del deterioro ambiental” (Pinto, 2020).
El pueblo Wichi habita estas tierras desde tiempos muy anteriores a la conquista de occidente y su alimentación siempre estuvo vinculada al monte nativo. En continuidad desde hace 500 años resiste al avance de la modernidad y hoy al modelo neo-extractivista. Sin embargo, está sufriendo hambre y los niños y las niñas mueren de desnutrición. El algarrobo es quizás el árbol de mayor importancia en su dieta como proveedor de hidratos de carbono, vitaminas y minerales, siendo a la vez una especie muy castigada por la deforestación. Osvaldo integra el pueblo Wichi y es un habitante de El Potrillo, Formosa. Desde su perspectiva y debido a que la zona no es apta para la producción agropecuaria, describe al proceso como un enemigo silencioso: “Es un tema que para nosotros no es tan preocupante… La zona nuestra no es una zona apta para el cultivo… Pero sí nos damos cuenta de que en el caso del palo santo, el quebracho colorado o el algarrobo se usan mucho como postes que sirven para los campos que están construyendo en otras provincias aptas para el cultivo… Por eso digo, es silencioso porque cuando nos dimos cuenta ya se habían exportado miles de árboles de las tres especies que eran comunes acá” (Segovia, 2020).
De la misma forma, la pérdida del monte afecta todas las cadenas tróficas que lo habitan, los animales herbívoros pierden su fuente de alimentación y los carnívoros se ven afectados indirectamente, a la vez que ambos pierden el refugio natural que los alberga. En la misma dirección, al perderse el bosque se pierden los animales más pequeños y los insectos, seres vivos que cumplen un rol fundamental para el mantenimiento del equilibrio del ecosistema, entre ellos las abejas. Las comunidades Wichi toman la miel que éstas producen a partir de los árboles en floración, por lo cual, al desparecer los panales junto al bosque, es otro de los alimentos perdidos.

Reflexiones finales
Si bien la humanidad se encuentra en tiempo de descuento en clave de déficit ambiental, todavía se pueden llevar adelante acciones de reducción del daño. Con ese propósito tal vez sea este el momento más oportuno para estrechar un diálogo fructífero entre la cosmovisión de los pueblos originarios –acerca del origen del mundo y el vínculo con los demás seres vivos– y una modernidad que podría muy bien mirarse a sí misma para separar la paja del trigo y de esa manera sacar provecho de todo lo bueno que aportó al desarrollo de la humanidad, desechando aquello que la está conduciendo al abismo.
Quizá se deba retomar aquella advertencia que ya tiene 50 años y toda la vigencia: “El ser humano ya no puede ser concebido independientemente del medio ambiente que él mismo ha creado. Ya es una poderosa fuerza biológica, y si continúa destruyendo los recursos vitales que le brinda la Tierra, sólo puede esperar verdaderas catástrofes sociales para las próximas décadas” (Perón, 1972). Y, en continuidad con el Papa Francisco, avanzar hacia una ecología integral. Ella representa una perspectiva que reúne múltiples miradas, que van desde la ciencia, pasando por la filosofía, hasta la cosmogonía de los pueblos originarios de América Latina. En sus palabras: “Así podremos proponer una ecología que, entre sus distintas dimensiones, incorpore el lugar peculiar del ser humano en este mundo y sus relaciones con la realidad que lo rodea… Por eso, la ecología también supone el cuidado de las riquezas culturales de la humanidad en su sentido más amplio. De manera más directa, reclama prestar atención a las culturas locales a la hora de analizar cuestiones relacionadas con el medio ambiente, poniendo en diálogo el lenguaje científico-técnico con el lenguaje popular. Es la cultura no sólo en el sentido de los monumentos del pasado, sino especialmente en su sentido vivo, dinámico y participativo, que no puede excluirse a la hora de repensar la relación del ser humano con el ambiente” (Francisco, 2015: 112).

Referencias
BBC (2021): Las consecuencias del cambio climático son irreversibles, alerta la ONU en el informe más completo hasta la fecha. Disponible en: www.bbc.com/mundo/noticias-58143985.
Cruz Solares M, S Grima y JM Grima (2021): El Gran Chaco Argentino. Dilemas y perspectivas. Disponible en: https://jesuitas.lat/redes-sociales/noticias-cpal-social/6335-el-gran-chaco-argentino-dilemas-y-perspectivas.
Francisco (2015): Laudato si’. Sobre el cuidado de la casa común. Disponible en https://www.vidanuevadigital.com/documento/enciclica-laudato-si-del-papa-francisco-pdf/Maldonado Torres N (2019): «De la colonialidad de los derechos humanos». En El Pluriverso de los derechos humanos. México, Akal.
Perón JD (1972): Mensaje Ambiental a los Pueblos y Gobiernos del Mundo. Disponible en: http://www.labaldrich.com.ar.
Pinto A (2020): Entrevista realizada por M. Cruz Solares, S. Grima y J.M. Grima para el estudio El Gran Chaco Argentino. Dilemas y Perspectivas.
Segovia O (2020): Entrevista realizada por M. Cruz Solares, S. Grima y J.M. Grima para el estudio El Gran Chaco Argentino. Dilemas y Perspectivas.

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