Alberto Fernández en el PJ

“Gran parte del triunfo se lo debemos al flaco José Luis [Gioja], que se hizo cargo del Partido Justicialista en un momento en el que muchos le decíamos: ‘¿por qué te estás metiendo en ese bodrio? No sé cómo vas a salir de esto’. Con otros compañeros –muchos de quienes están hoy aquí, como [Gustavo Menéndez] y [Fernando Gray], que ayudaron mucho desde el Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires– se puso al hombro un Partido que parecía muy difícil de recuperar, porque estábamos divididos y atacados internamente, por algunos que decían ser compañeros nuestros y habían ido a la Justicia a pedir una intervención vergonzosa, inmoral, indecente. El Flaco, con sus ganas a cuestas, llamó a todos en el peronismo: desde Rubén Marín a Wado [De Pedro] estuvieron todas las generaciones, convocadas por el Flaco. Ese fue el germen de la unidad del peronismo. Tuvo también la virtud de invitar a Hugo Moyano, Héctor Daer y Hugo Yasky, y que todos los sectores sindicales confluyeran en el peronismo, para garantizar la unidad que todos necesitábamos. Por eso mi reconocimiento a José Luis, que se puso al hombro esta tarea cuando muchos le decíamos: ‘estás loco, es muy difícil de hacer’. Lo hizo. Así que aplaudámoslo, porque lo merece. (…)

Un día nos dimos cuenta de que nuestros desencuentros solo le servían a los que gobernaban a partir de nuestra división, y que con eso le hacían mucho daño a la gente. (…) Dijimos: ‘dejémonos de embromar, olvidemos las rencillas, pongámonos de acuerdo, porque solo uniendo fuerzas vamos a poder superar este presente’. Poco a poco fuimos olvidando los problemas que habíamos tenido. Fue muy importante que así lo hiciéramos, porque de ese modo pudimos empezar a construir un futuro, y no nos quedamos anclados en las peleas de otros tiempos.

Así fue que un día, con Wado, hablamos con Cristina y le dijimos: ‘tenés que ir al PJ, es necesario que vayas’. Y vino Cristina, días antes de ese sábado de mayo en que anunció mi candidatura. Para todos nosotros fue muy importante que viniera, porque Cristina es una dirigente política excepcional, pero además es una compañera nuestra: es una peronista como nosotros. Su presencia era muy importante para lograr esa unidad.

Allá por febrero de 2018 –con Daniel Filmus, Víctor Santa María, el ‘Chivo’ [Agustín Rossi], el ‘Chino’ Navarro, Daniel Arroyo y Felipe Solá– construimos un primer llamado a la unidad. Habíamos ido dos por cada espacio que había competido en la provincia de Buenos Aires en 2017. Nos había quedado el sabor amargo por la derrota. Empezamos a pedir que nos unamos, siete dirigentes que decíamos ‘ha llegado la hora de olvidarnos y empezar a trabajar’. Esa jornada la cerró Alberto [Rodríguez Saá] que –a diferencia de algunos gobernadores que por entonces tenían menos fe que él– ya planteaba la idea de unirnos para que en 2019 el peronismo volviera a ganar. Por ahí no nos damos cuenta, porque el itinerario –que pudimos coronar con el éxito de la elección de agosto y esperamos coronarlo con el de octubre– fue tan vertiginoso que no nos dio tiempo para revisar todo lo que nos pasó en el medio: pero nos pasaron todas cosas virtuosas, valiosas. Fuimos capaces de volver a ponernos de pie, como Partido y como Movimiento, de recordar las primeras enseñanzas que decían que el Peronismo es parte de un gran frente nacional, y así empezar a convocar a otros que no necesariamente son peronistas pero que quieren un país igual al nuestro. (…) Así fuimos construyendo una masa crítica mayor. (…) Nos fuimos sumando y construyendo esto que hoy nos pone contentos, pero que a la vez nos genera un enorme compromiso. Porque lo que no podemos es equivocarnos. Lo único que no me perdonaría es que la gente confíe en nosotros y nos equivoquemos haciendo algo que no espera que hagamos.

Sabemos de qué se trata. Si hay algo bueno que tiene el peronismo es esta cantera infinita de dirigentes. Cuando todo parece perdido, aparece una nueva generación de peronistas que viene a hacerse cargo del problema. Siempre. En todos lados. Todos entendemos el desafío que tenemos por delante. Todos. No solamente el mío y el de Cristina. Es el desafío de todos: garantizar que la Argentina, que se está poniendo de pie confiando en nosotros, empiece a caminar por el sendero correcto, que es el que ha abandonado con Macri. Como los tiempos que vienen son tiempos difíciles, es muy importante que estemos todos unidos. Van a hacer lo imposible por hacernos discutir. Todos los días nos plantean una pelea nueva. (…) Son las lógicas que nos tratan de imponer. No es casual: nos necesitan divididos, nos necesitan peleados entre nosotros. Porque peleados somos más débiles, más vulnerables. (…)

Cuando José Luis [Gioja] estuvo tomando un café conmigo allá en mi oficina y me dijo que hiciéramos algo para recibir el trabajo de los equipos técnicos que coordinó Ginés [González García], le dije ‘¿por qué no aprovechamos el 8 de octubre, día del natalicio del General?’. Lo que dijo recién Ginés es muy cierto: lo mejor que tiene el peronismo es su gente. (…) Esos equipos técnicos se reunieron una y varias veces. Trabajaron mucho. Lo sé porque varios trabajan cerca mío y sé de todas las reuniones que Ginés promovió para hacer este trabajo. Lo que están diseñando es un sueño: es la Argentina del futuro; es la Argentina que queremos hacer entre todos; y es la Argentina que nos debemos. Todavía nos la debemos.

Quiero agradecerles. Ustedes son mis compañeros. Siempre lo van a ser. He nacido en la UES y moriré en el PJ, a pesar de que despotriqué mucho con el PJ y despotrico cada tanto, pero es la familia que me contiene políticamente. Les pido que nunca más nos dividamos.

Les pido que pongamos al Partido en movimiento. Que esté muy activo. Lo que menos quiero es un Partido que duerma mientras yo gobierno. Quiero un Partido que sea mi tábano y me haga corregir cada error que cometa. Tenemos que hacerlo con nuestros compañeros, con los que están en otros espacios y en otros partidos.

Poner en marcha a la Argentina es poner en marcha la política. La mejor sociedad es la que debate. La que controla a quien gobierna. Quien gobierna agradece cuando un amigo viene y le dice: ‘estás metiendo la pata’. Eso es lo que tienen que hacer”.

 

(Fragmento del discurso de Alberto Fernández en la sede del Partido Justicialista nacional, 8 de octubre de 2019)

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