Un primer gran paso

Los argentinos acabamos de protagonizar un relevante momento cívico en el que manifestamos nuestra preferencia electoral. Es mucho más que una encuesta, como en la lógica de las creencias se ha intentado instalar. Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, conocidas por su sigla PASO, son el resultado de muchos debates y propuestas encaminadas a superar los aparatos partidarios y el punterismo político. Sistema electoral que habilita a todos los ciudadanos, afiliados o no a un partido político, a elegir los candidatos de su preferencia para la contienda electoral. En modo alguno una encuesta.

En estas primarias la gran mayoría del pueblo –unas dos terceras partes– expresó su preferencia a favor de quienes proponen y representan una alternativa diferente a la que nos gobierna desde el año 2015. Preseleccionando a los contendientes.

Para el peronismo en particular, estas primarias fueron un enorme e importante primer paso. Supimos articular un amplio acuerdo político electoral, uniéndonos en las coincidencias y dejando de lado las disidencias, tal como nos lo pedía Perón hace 45 años. El primer gran gesto fue el de Cristina, quien con grandeza de estadista cedió su natural rol protagónico en aras de una construcción amplia, unitiva, que re-uniera a los múltiples sectores del peronismo y convocara a los del campo nacional y popular. El gesto fue correspondido por críticos de su persona, de su gobierno o de algunas políticas implementadas, que dejaron de lado sus diferencias para empezar a dar forma al cuerpo político capaz de desplazar democráticamente al proyecto de no país reinstalado en 2015 y a la ceocracia gobernante. Cristina, en una clara demostración de conducción política, descolocó a los coacheadores de la verdad y abrió el camino para que el ahora candidato a presidente ampliara la articulación política y social.

El acto de cierre de campaña, realizado en el Monumento a la Bandera de la ciudad de Rosario, exhibió la tensión simbólica entre Proyecto y Anti proyecto, entre soberanía y sometimiento. En este lugar emblemático se dio cita la Argentina del interior relegado, simbólicamente representada en la presencia de casi todos los gobernadores, rescatando la idea de patria y sus símbolos, como contracara de un gobierno de mercaderes que niega nuestra identidad y reniega de nuestra historia, y que ha sustituido en nuestro papel moneda a los próceres por fauna y flora, llegando hasta pedir perdón al rey de España por la gesta gloriosa de nuestra liberación e independencia.

Este primer gran paso lo dio el voto popular que en las PASO deconstruyó la posverdad del pilar comunicacional, superando su blindaje mediático, el ocultamiento de desaciertos del gobierno y de actos reprochables de los gobernantes, la descalificación y demonización de los opositores mediante supuestas denuncias, investigaciones periodísticas y la inapelable –judicialmente– condena mediática. El Pueblo repudió la opción preferencial por los ricos, el hambre, el re-endeudamiento, la creciente destrucción del trabajo y la consolidación del pilar financiero del antiproyecto.

La primaria preferencia popular lo fue a una Argentina pueblocéntrica que pasará a ser gobernada por “24 gobernadores y un presidente”, primer acuerdo político electoral que, de ratificarse en las urnas, habilitará uno nuevo y más amplio: el acuerdo social que, con la participación de todos los sectores de nuestra sociedad, acompañe y respalde el camino de la reconstrucción nacional, poniéndonos a trabajar en un nuevo modelo de vida –de país– en el camino a concretar el próximo proyecto nacional.

 

José Luis Di Lorenzo es abogado, profesor de Derecho de la Seguridad Social (UBA), presidente del Instituto para el Modelo Argentino y presidente de Comarca TV canal 32.3 TDA.

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