Octubre 2019: una batalla de opinión

Es común entre nosotros mencionar el hecho que transitamos “un año electoral”, lo cual, si bien es cierto, no termina de dar cuenta de aquello que se define en octubre… que no solo es una elección. Se trata de una decisión mucho más trascendente, que podemos definir siguiendo lo que sostenía nuestro compañero y amigo Armando Poratti: por un lado hay un proyecto estructurado sobre nuestros intereses y estrategias, y por otro un anti-proyecto que se articula ligando nuestra Patria a los intereses y estrategias del capitalismo financiero global. Consideramos importante insistir en que hay uno solo proyecto que nos eyecta con esperanza hacia el futuro, mientras que el otro es un anti-proyecto que nos niega la historia y el presente, proponiendo hacia adelante la resignación. Lo que definimos en octubre no es otra cosa que el camino que vamos a seguir.

Marcado quizás desde su origen, el peronismo ha tenido que librar distintas batallas de opinión, desde el heroico 17 de octubre contra la muy vieja y gorila acusación de fascista y autoritario, hasta el actual “relato” neoliberal que propone Mauricio Macri. Hasta ahora, el peronismo siempre logró triunfar porque supo construir el poder popular que permitía corregir el desvío.

Ante las desastrosas consecuencias sociales, económicas y políticas para el pueblo argentino del accionar del gobierno de la Alianza Cambiemos, y teniendo que enfrentar una nueva contienda electoral nacional, la “fábrica de humo” –llamarla usina ideológica es darle una categoría que no posee– comienza a desarrollar nuevas técnicas del marketing político. Desde allí se sostiene que los núcleos que constituyen el “voto fiel” no varían, por lo que se debe emprender dos acciones: deteriorar la imagen del opositor –y en esto todo vale– y neutralizar el descontento de aquellos acompañantes que tuvieron circunstancialmente.

Cuando el eje de la política dejan de ser las convicciones de un dirigente y el proyecto que encarna, corriéndose al discurso armado por los asesores de marketing en base a encuestas, focus group y espionaje cibernético (véase nuestro artículo en el número 2 de Movimiento) dirigido a detectar miedos y apetencias de los individuos, ese discurso va cobrando el sentido de la adulación: le dicen a cada uno lo que quiere escuchar, no lo que van a hacer.

Clarín, La Nación y su extenso aparato comunicacional junto al discurso oficial, han identificado el término “corrupción” con el robo de dinero (¡Se robaron un PBI! ¡Tres PBI! ¡Se robaron todo!), pero lo que acabamos de describir es lo verdaderamente grave. En primer lugar, porque en tres años de retroexcavadoras en la Patagonia y allanamientos por doquier no pudieron encontrar nada. Pero lo que sí realizaron los fabricantes de humo mediante el discurso adulador es corromper el lenguaje (por ejemplo: no es reparación histórica, es renuncia a derechos adquiridos), lo cual culmina con una corrupción de la realidad (efectivamente, los jubilados perdieron derechos). Otro ejemplo lo brinda el presidente Macri cuando afirma como un logro: “hemos aumentado los planes sociales”. Eso no es una acción virtuosa: quiere decir que este gobierno ha generado más pobres.

Este discurso así montado es insostenible en el tiempo, porque nunca fue concebido como un plan de acción verdadero: “fútbol para todos va a seguir”; “no vamos a devaluar”; “los trabajadores no pagarán más impuesto a las ganancias”; “un docente no debería ganar menos de 40.000 pesos”; “no volveremos al FMI”. Dicho más claramente: se construyó sobre mentiras para poder manipular un sector de la población políticamente “independiente” que es parte de la clase media, los cuales son aproximadamente 6.500.000 de ciudadanos que definen una elección, particularmente si se polariza. Macri ganó en 2015 porque un 10% de este sector lo apoyó con su voto.

Hoy, ese sector es el que sostiene: “a Macri no lo vuelvo a votar, pero no quiero que vuelvan los otros”. O “es cierto que con Cristina estaba mejor, pero era mentira; con Macri estoy mal, pero es verdad”. Desde el inicio del gobierno de Cambiemos hubo al respecto un doble discurso: en los documentos oficiales con los cuales se iba a pedir dinero hablaban de una Argentina que crecía y estaba desendeudada, por ello consiguieron préstamos: 200.000 millones dólares que quemaron en la “timba” financiera; y por otro lado los González Fraga que decían a los trabajadores que era mentira que se podían ir de vacaciones, cambiar el televisor o comprar un celular. Pero el caso es que pudieron, lo hicieron, se fueron de vacaciones, compraron lo que deseaban y comieron todo el flan que querían. Esto es lo que hay que explicarles a los confundidos: a aquellos que todavía son objeto de una manipulación mediática. Eso fue tan verdad como el hecho que ahora estamos embretados entre una deuda impagable, una inflación que no para y un país que no crece, con la consecuente pérdida de lugares de trabajo. Pero los que nos acusan de mentir son aquellos que prometieron todo lo que no iban a hacer.

Recomendamos ver el debate entre los candidatos Daniel Scioli y Mauricio Macri (https://www.youtube.com/watch?v=H7Lnw-fk__k), donde el actual presidente prometía:

  • “Trabajar todos los días para que vos vivas un poco mejor”.
  • “Sé que te está costando llegar a fin de mes o que te preocupa la salud de tus padres o la educación pública que reciben tus hijos, pero nosotros tenemos como objetivo económico lograr una Argentina con pobreza cero”.
  • “Hay que crear trabajo. Cuidando lo que tenemos. Eso significa cuidar nuestras PyMes, nuestros productores, porque ellos, cuando comencemos a crecer, son los que más van a generar trabajo”.
  • “El desafío es crecer. Hay muchas acciones. La primera es poner en marcha el plan de infraestructura más grande la historia. Que conecte la Argentina y la haga más justa, generando dos millones de puestos de trabajo en la próxima década”.
  • “También quiero trabajar para que accedas a tu primera vivienda: un millón de créditos a 30 años”.
  • “Un Plan Primer Empleo para que en los cinco primeros años de trabajo nuestros jóvenes arranquen registrados, en blanco, porque ellos no van a pagar impuestos, ni los empleadores tampoco”.
  • “Yo veo a los argentinos muy contentos, que tienen esperanza, que se puede, que vamos a crecer, que va a haber trabajo, que vamos a desarrollar las economías regionales”.
  • “Nosotros creemos que hay que expandir la economía, no ajustar. Yo no he hablado nunca de ajustar. Hay que cuidar el empleo, hay que sentarse con cada PyMe, con cada pequeño productor, y desarrollar cómo crecer”.
  • “Argentina tiene que crecer en base a un gobierno que diga la verdad. Un gobierno que fija las reglas del juego claras”.
  • “El problema de la Argentina no es el dólar. El problema de la Argentina es el gobierno kirchnerista que no ha parado de mentir y ha destruido la confianza en este país y por eso no hay inversión”.
  • “La inflación se ha comido a los jubilados, a los trabajadores. La Argentina tiene que crecer con un gobierno que diga la verdad, que defienda el valor de nuestra moneda. En este país no tenemos problemas de dólares, este país produce dólares. Vamos a exportar el doble de alimentos”.
  • “Mentir es gravísimo”.
  • “Nosotros somos el cambio. Queremos venir a gobernar diciendo la verdad, escuchando, dialogando, respetando la independencia de los poderes”.
  • “El gobierno que más devaluó en los últimos ocho años fue el de CFK, el dólar pasó de 3 a 15 pesos”.
  • “En la ciudad hemos avanzado muchísimo en educación, en el diálogo con los docentes, las computadoras de primer grado, la enseñanza del inglés, la renovación de la currícula del secundario. Esto ha significado un aumento en las inscripciones en las escuelas públicas de la ciudad”.
  • “Te queremos cuidar. Queremos que exista un Estado que te acompañe, que te ayude a encarar y resolver tus problemas. Siempre nuestra principal preocupación son nuestros niños… Me estoy comprometiendo a Centros de Primera Infancia y Centros EPIs por todo el país, para que puedas dejar a tus hijos desde los 45 días para ir a trabajar, sabiendo que reciben nutrición, atención, estimulación. También estoy proponiendo llevar el Plan Red Primeros Meses, que se ocupa desde el embarazo de la mujer hasta el primer año de vida, para que tengan todo”.
  • “Quiero proponer una revolución en la calidad educativa. Lo que hicimos en la ciudad, que lo hagamos en todo el país: la computadora de primer grado, inglés, innovación, diseño creativo, robótica, programación, emprendedurismo (sic) en los secundarios. Con ello nuestros hijos no solo podrán emprender los trabajos de hoy, sino también crear los trabajos del mañana. Para eso tenemos algo maravilloso que son nuestros docentes, a los cuales tenemos que apoyar, darles el prestigio social, pagarles bien y transformarlos en agentes de cambio. Convoco a nuestros científicos y al buen trabajo del CONICET para que tenga un mayor impacto social”.
  • “Yo me comprometo a construir los 3.000 jardines de infantes que faltan, para que tengan sala de 3, 4 y 5 años”.
  • “El país va a la expansión, no al ajuste”.
  • “El combate contra el narcotráfico y los delitos hay que hacerlo con más inteligencia que músculo, con una Agencia de Lucha contra el Crimen Organizado”.
  • “Los problemas de la violencia que tanto afectan a la mujer, los chicos, son algo que tenemos que trabajar en conjunto”.
  • “Yo tengo confianza de armar el mejor equipo de los últimos 50 años, convocando a los mejores de este país, para ponerlo a crecer, que tengamos oportunidades de progreso y que todos podamos vivir mejor”.
  • “Queremos justicia independiente”.
  • “Un Estado al servicio de la gente. Hay que respetar la carrera pública, hay que respetar al empleado público. Basta de usarlo de ‘aguantadero’ de la política”.

De tales afirmaciones podemos sacar una conclusión: no hubo inexperiencia ni error de diagnóstico, lo que hubo fue una decisión de encaminar las acciones en un anti-proyecto. Por ejemplo, sabían que era necesario cuidar a las PyMes para generar trabajo. ¿Qué medida tomaron al respecto? Ninguna, porque el objetivo era otro: la agro-exportación, la explotación minera y las finanzas. Por eso, esas afirmaciones de campaña se caen por evidencia empírica que van desde ser el presidente que más vacaciones se toma en el año, hasta achicar la cobertura del PAMI, destruir las PyMes, un plan de empleo que solo plantea la precarización laboral, no cumplir con el llamado a paritarias nacionales en educación, dejar de entregar computadoras, etcétera, etcétera.

En conclusión, los mentirosos, los que prometieron lo que no iban a hacer, siguen sosteniendo que estamos en el camino correcto, buscando con ello que nuestro pueblo se adormezca en la resignación… ¡y, no hay otra! Este es el antiproyecto que están proponiendo en Brasil o que instauraron en Chile, en Colombia… Pero en nuestro país existe una cultura política de lucha, donde el ser humano –tal como decía Juan D. Perón– es una dignidad en continuo forcejeo, lo cual nos permite tener la esperanza de que nuestro pueblo construye buscando la unidad del campo nacional y popular.

Pero, insistimos, no se trata de ganar solo una elección. Eso se puede alcanzar teniendo un voto más. La decisión a tomar es si –con aciertos y errores– vamos a seguir siendo nosotros, o vamos a depender de otros. Se trata de construir poder para enfrentar al neoliberalismo, y en nuestra cultura política eso siempre se hizo cara a cara, en el territorio, no solo como ámbito geográfico, sino que incluye a las instituciones donde las organizaciones políticas, sindicales y sociales tienen su asentamiento.

Ahí, en la conciencia de cada uno se dará la batalla de opinión. En ese momento es necesario recordarle, a los confundidos por la propaganda oficial que los medios vuelcan, que si lo hicieron no es mentira, que recuerden a sus propios antepasados que vinieron en los barcos porque no se resignaron a vivir en la miseria, y que ya se demostró que es verdad.

En la década del 60, en cuarto año del Bachillerato se estudiaba Literatura Española. Ahí aprendimos unos versos del poeta Jorge Manrique (1440-1479) que sería bueno recordarles a los confundidos: “recuerde el alma dormida / avive el seso y despierte”.

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