Estar a la altura

Lo que diferencia a las y los dirigentes políticos que trascienden no es su ideología o su idea de la organización política. Lo que las hace y los hace distintos es estar a la altura de las circunstancias históricas que atraviesa su país. Creemos que la presente coyuntura política tiene su origen en dos elementos. En primer lugar, no ha surgido de las dos últimas elecciones un único liderazgo opositor, pero sí se han perfilado algunos con legítimas aspiraciones. En segundo lugar, la supuesta certeza que muchas y muchos analistas tenían acerca de que Mauricio Macri se encaminaba a su reelección en 2019 se ha agrietado fuertemente a la luz de la imposición de un modelo económico excluyente.La imprudente desregulación económica y financiera, la entrega de porciones del Estado a la clase empresarial, el progresivo vaciamiento del sistema previsional y el deterioro del mercado de trabajo son los frutos que tarde o temprano esperábamos.

Ante la falta de opciones con capacidad de vertebrarse como alternativa de gobierno aparece en la sociedad argentina una sensación de zozobra,¿qué sucede si en este contexto las y los dirigentes políticos no están a la altura? ¿Qué significa estar a la altura? “Estar a la altura” no significa deponer diferencias estratégicas sobre la visión del país, estar de acuerdo en todas las tácticas hacia las futuras elecciones presidenciales, o pretender que no existan ambiciones personales. Pero sí tenemos la convicción de que “estar a la altura” significa ponerse de acuerdo en dos puntos medulares: hay que ser una oposición real, y hay que crear los mecanismos que permitan generar una fórmula presidencial competitiva. Mecanismos que permiten dialogar entre competidores, acordar reglas de juego, dirimir disputas y definir qué va a suceder con los que ganan una “interna” y, sobre todo, con los que pierden.

Los acuerdos programáticos más o menos detallados pueden ser importantes. Pero mucho más relevante es permitir que los distintos sectores de la oposición expresen sus posiciones como les parezca mejor (de manera más “dura” o más “flexible”). Y, a su vez, que puedan hacerlo coordinando con otros sectores los mecanismos y reglas que permitan construir una oposición competitiva. Para decirlo de otro modo, se trata de evitar que se alcance el objetivo político del Gobierno: mantener dividida a la oposición y limitar su capacidad de coordinación.

De aquí a 2019 pueden surgir varias candidaturas con voluntad de disputar electoralmente. El FpV-kirchnerismo, Unidad Ciudadana, el Peronismo Federal, el Frente Renovador y otras corrientes y grupos del campo popular y democrático cuentan con mujeres y hombres capaces de “estar a la altura” y ser candidatas y candidatos competitivos. Quienes firmamos este documento tenemos preferencias variadas entre estas corrientes opositoras ancladas en el amplio campo popular y democrático. Votaremos a quien más nos interpele en una gran PASO y luego apoyaremos a quien gane en esa interna en una elección general. Y creemos que la gran mayoría de la ciudadanía está dispuesta a hacerlo también.

En otras palabras: al mismo tiempo que se demanda a las y los dirigentes que abran una instancia de negociación y diálogo para acordar mecanismos de competencia, hay un grupo muy grande de ciudadanas y ciudadanos que también ofrece su propio compromiso. Desde nuestro lugar vamos a ayudar a proyectar nuestros valores históricos al futuro. ¿Qué es y cómo se impulsa la justicia social en la actualidad? ¿Cómo se promueve una economía inclusiva, federal e integrada? ¿Qué significan hoy una educación y una salud de calidad para nuestro país? ¿Qué implica la integración de nuevas tecnologías en el mundo del trabajo?

Ya habrá tiempo, un tiempo electoral, para imponerse e imponer. Pero sin diálogo ni acuerdos básicos sobre la forma de competir para ganar, las y los dirigentes no habrán estado a la altura de estas demandas y expectativas.Y las y los dirigentes que no están a la altura de las demandas y expectativas de los hombres y mujeres de su pueblo, no están a la altura de su tiempo ni de la historia.


[i]María Esperanza Casullo, Sebastián Etchemendy, Marcelo Leiras, Abelardo Vitale, Nicolás Tereschuk, Ana Castellani, Germán Lodola, Paula Canelo, Sergio De Piero, Jorge Battaglino, Juan Manuel Ottaviano, Fernando Peirano, Sol Prieto, Esteban Kiper, Juan O’Farrell, Natalia Aruguete, Marcos Schiavi, Ariel Lieutier, Fernando Melillo, Juan Cuattromo, Gerardo Adrogué, Nicolás Freibrun, Martín Astarita, Manuel Socías, Martín Plot, Andrés Tavosnanska, Pablo Garibaldi, Marcelo Muñiz, Fabiana Rubinstein, Eugenia Mitchelstein.

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