Esas mujeres: los géneros del peronismo

Los géneros del peronismo

Nos sentimos extrañadas, extrañamos los afectos, los abrazos, los encuentros en la plaza. Los reencuentros. Las plazas y las memorias. Memorias de una plaza y todas las plazas. Memorias populares del 45, del 73, del 2003, de los bicentenarios. Esa plaza que fue testigo de esas mujeres llenas de razones y corazones. Las razones y corazones de nuestras vidas. Sueños diurnos y nocturnos, ensoñaciones y desvelos. Desvelos por las igualdades. Las igualdades como amorosas irreverencias.

Sin embargo, los extrañamientos no son olvidos, tampoco suspensos, ni tiempos suspendidos. El extrañamiento puede ser curiosidad, asombro, conmoción, y todos esos sentires se vinculan con los saberes y los conocimientos.

Amorosidades, igualdades y conocimientos. El amor a las compañeras y los compañeros es también amor a los conocimientos. Conocimientos y reconocimientos. Comunidades que están siendo. Común unidad.

Evita nos dice que se puede aprender insensiblemente. ¿A qué se refiere cuando afirma esta idea? En su libro, ella viene hablando de la pobreza, de la riqueza, y narra el momento en que fue descubriendo que había pobres. Entonces, naturalizar la pobreza es aprender insensiblemente.

Nosotras queremos dar un paso más: ¿cómo es aprender insensiblemente? ¿Cómo es enseñar insensiblemente? Es desvincular los pensares de los sentires y al mismo tiempo desvincular las biografías de las historias sociales, es decir, construir pretextos para no enseñar los contextos.

Deseamos crear sensibilidades pedagógicas que reúnan el pensar y los sentimientos, las vidas y las historias sociales, las biografías y los contextos. Pues si de transformar se trata, no hay práctica o experiencia política que lo logre sin echar mano de las emociones.

Es desde esas sensibilidades que escribimos sobre peronismos y géneros. Los géneros del peronismo.

El peronismo puede ser un género epistolar entre generaciones. Correspondencia amorosa entre los pedidos de niñas y niños a Evita. Por eso escribimos las fundaciones de Evita. ¿Cuántas veces se reinventó la compañera?

La primera llegada en tren a la ciudad fue conmocionante, Evita no se encontró con las luces del centro, sino con los barrios pobres. La tristeza que sintió esa niña de 7 años fue la misma que cuando descubrió que los Reyes Magos no existían. Los reyes y las infancias. Los reyes y el peronismo, el día del niño y de la niña y el peronismo. Evita y las infancias, las infancias de Evita.

Evita convirtió los dolores de su infancia en ternuras. Las ternuras de Evita. Las infancias como una de sus razones de vida, por eso lo de los únicos privilegiados. “Los pedidos de juguetes de los chicos me hicieron pensar que era mejor si el regalo les llegaba en un día apropiado y por eso, todos los años, para el día de Reyes, la Fundación cumple con los niños, que son en la Nueva Argentina de Perón ‘los únicos privilegiados’ (Evita, 1995: 164).

El peronismo crea e inventa una gramática de infancias privilegiadas, infancias y generaciones. Generaciones comunitarias, transmisiones comunitarias, comunitarias generaciones. Estar siendo entre transmisiones, generaciones y comunidades.

“Cuando llega Navidad o el Día de Reyes recibo infinitas cartas de los niños” (Evita, 1995: 137). Evita recibe cartas de madres, de ancianos, y satisface deseos en forma de máquinas de coser, trabajo. Sin embargo, “Las cartas de los niños tienen siempre un especial privilegio” (Evita, 1995: 141).

El peronismo como una gramática pedagógica, pedagogías peronistas. Escuelas hogares, hogares escuelas. Pedagogías que no son sólo necesidades, también son deseosas y deseantes. “Yo deseo que se acostumbren a vivir como ricos… que se sientan dignos de vivir en la mayor riqueza… al fin de cuentas, todos tienen derecho a ser ricos en esta tierra argentina… y en cualquier parte del mundo” (Evita, 1995: 169).

Dignos de vivir, las vidas dignas.

“La vida que es vida de algo, es felicidad. La vida es afectividad y sentimiento. Vivir es gozar de la vida. Desesperar de la vida sólo tiene sentido porque la vida es, originalmente, felicidad. (…) La felicidad no está hecha de una ausencia de necesidades cuya tiranía y carácter impuesto se denuncian, sino de la satisfacción de todas las necesidades. La privación de la necesidad no es una privación cualquiera, sino la privación en un ser que conoce la excedencia de la felicidad, la privación en un ser satisfecho. La felicidad es realización: está en un alma satisfecha y no un alma que ha extirpado sus necesidades, alma castrada” (Levinas, 1997: 134).

Un pensador lituano y Evita comparten narrativas bíblicas. Las otredades en Levinas son el pobre, el huérfano, la viuda y el extranjero. La vida y el goce, cada vida cuenta. Contar no es sólo sumar y restar. Contar no es quedar encerrado en un Excel, “exceliar”. Lo contrario de exceliar es el excedente vital.

El peronismo y la vida cotidiana. El peronismo transforma las vidas cotidianas, poniendo en jaque las jerarquías. Jaque a los privilegiados, gramáticas de peones. Por eso es irreverente.

“La política existe cuando el orden natural de la dominación es interrumpido por la institución de una parte de los que no tienen parte” (Ranciere, 2012: 25).

La larga marcha del 17 de octubre “demostró la capacidad de los trabajadores para actuar en defensa de lo que consideraban sus intereses. Pero además representó, de manera más difusa, un rechazo de las formas aceptadas de jerarquía social y los símbolos de autoridad. Esto fue particularmente notable durante la manifestación del 17 de octubre. Si bien la atención se centró en el objetivo esencial del acto –la figura de Perón y su liberación del confinamiento–, la movilización misma, y las formas que asumió, sugieren por sí solas un significado social más amplio. Los observadores más sagaces de ese episodio han concordado en el tono dominante de irreverencia e irónico sentido del humor que caracterizó a los manifestantes” (James, 2006: 48-49).

Las propiedades de la vida, las propiedades y las vidas. Las propiedades que no son privadas de ser. Ser y tener en forma relacional. La función social de la propiedad.

Derechos, necesidades y deseos. Merecimientos y reconocimientos. El peronismo vino a confiscar las tristezas. “No. No es filantropía, ni es caridad, ni es limosna, ni es solidaridad social, ni es beneficencia. Ni siquiera es ayuda social, aunque para darle un nombre aproximado yo le he puesto ese. Para mí es estrictamente justicia” (Evita, 1995: 147).

La justicia puede ser entonces reconocer las otredades. “Reconocer al Otro, es pues alcanzarlo a través del mundo de las cosas poseídas pero, simultáneamente instaurar, por el don, la comunidad y la universalidad” (Levinas, 1997: 99).

Las otredades de Levinas y el Sinceramente de la Patria es el Otro. Éticas existenciales.

Pensar desde el sur, ser/sur. Pensar pedagógicamente el sur es pensar al mismo tiempo continente y contenidos. Las formaciones docentes y los aprendizajes. Pensar las formaciones pedagógicas desde el sur del ser. Ser/Sur.

Evita es sureña. Ser sureña es mestizar las justicias sociales y los géneros. Los géneros de las justicias sociales. Géneros y generaciones. Pedagogías de géneros y generosas. Generar amorosidades.

“Y el amor, cuyo misterio sí que es infinito, le hace ver a la inteligencia cosas que ella sola nunca podría conocer por hábil que fuese” (Evita, 1995: 62).

Las inteligencias y los amores. Amores infinitos, los misterios y las maravillas.

“El amor alarga la mirada de la inteligencia” (Evita, 1995: 62). Si el amor alarga la mirada, el odio ajusta. Ajusta inteligencias, ajusta existencias. Por eso, al odio de clase le respondemos con clases de amores, toda clase de amores.

Amores y amorosidad vuelta potencia. Potencia de la ternura y del amor. Mujeres potencia que enlazan a otras, que somos todas. Cada una de nosotras tiene lo mejor de las otras. Esas mujeres. Las del sur, las nuestras.

“Dar lo que no se tiene, lo que no entra en ninguna contabilidad ni cálculo, no se compra ni se vende; resiste la lógica del discurso capitalista que consiste en un rechazo del amor” (Merlín, 2019).

Gramáticas del amor que apuestan a la vida. Que se con-vida(n).

“Es la actitud enamorada, es la inteligencia y la fe, y el trabajo enamorado, de los que te estoy hablando. Sin amor, tu inteligencia da monstruos o da muertos, y tu fe quema y tu trabajo es brutal servidumbre” (Mistral, 2018: 21).

Amores, cartas, razones, ternuras, igualdades y derechos políticos. El voto femenino.

 

Peronismos y géneros

Cristina y un cuarto propio: Casa Rosada. La historia es propia también. Construcción y reconstrucción. Juana Azurduy mira a la Rosada, Cristina a Florencia. Memoria y feminismo, las memorias de los feminismos, construir y (de) construir con amor.

Amas de casa reconstruidas, reivindicadas. Decidir en la plaza y decidir en la casa. Mujeres administradoras. Administrar, que también es cuidar.

“Nadie dirá que no es justo que paguemos un trabajo que, aunque no se vea, requiere cada día el esfuerzo de millones y millones de mujeres cuyo tiempo, cuya vida se gasta en esa monótona y pesada tarea de limpiar la casa, cuidar la ropa, servir la mesa, criar los hijos” (Eva Duarte, 1951).

La Razón de mi vida en el cajón de su abuelo y la juventud de Cristina en la plaza junto a su madre. Cristina y las juventudes que son presente, antes que futuro.

“A los ojos de los jóvenes no los miro porque en ellos me miro yo” (Cristina, 2015).

La “pequeña tribu” en Los Toldos. Cristina y su hija. Eva y todas las hijas y todos los hijos. Los hijos y las hijas de las Madres. Razones de vida, corazones sinceros. Sinceramente. Tomar la palabra, las palabras. Tomar decisiones.

Mujeres sureñas: deseosas y deseantes. Decisoras. Vivas.

Derechos y deseos. El deseo a tener derechos.

Nombrar para existir y entonces: a la Plaza y a los medios. Y una vez más, en una plaza, ella sugiriendo que para que haya política tiene que estar presente el pueblo. Las presencias populares, las presidencias populares. Decidir encuentros, decidir el cuerpo, el amor y la identidad. (Pro)crear. Políticas del afecto y mandar con el amor.

Y generosidad. Una vez más, pedagogía de los géneros y la generosidad.
La lucha sin honores pero con abrazos. De los que hoy faltan.

El don, la comunidad y el desinterés que no es estar sin que nada importe, sino el compartir, el convidar. Estar con vida, estar entre vidas. Vidas que no son desechadas, ni desechas, ni precarizadas, ni precarias. Éticas existenciales como contrapunto a las éticas neoliberales. Lo patético, el pathos, del neoliberalismo, es el sacrificio.

Y allí re-existe la potencia creadora. Allí resiste. No fue magia, fue amor.

“La felicidad no es un accidente del ser, porque el ser se arriesga por la felicidad” (Levinas, 1997: 131).

Por eso el peronismo nos recuerda (a) los días más felices.

“Durante el año del Bicentenario, nuestra meta fue generar más y más reconocimiento de derechos en todos los terrenos. Era nuestra manera de festejar a la Patria. (…) El 24 de marzo, el Día de la memoria, presentamos el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, y el 21 de mayo anunciamos el inicio del programa Becas del Bicentenario para carreras científico-técnicas. En esa línea, el 6 de abril, habíamos dado comienzo a un programa inolvidable para mí y para miles de chicos y chicas de escuelas públicas del país: el programa Conectar Igualdad. Recuerdo las palabras que pronuncié el día de la presentación. Quise enfocarme en la importancia de la palabra Igualdad, que era uno de los valores más importantes a remarcar en ese año del Bicentenario. (…) Siempre consideré que la igualdad tenía que estar fuertemente acompañada de lo económico: si un chico tiene que salir a trabajar y no puede terminar la escuela o no puede ir a la universidad, por más que sean públicas y gratuitas, la igualdad es sólo declarativa” (Kirchner, 2019: 245-246).

Deseos en forma de computadoras, derechos con forma de computadoras. Las máquinas de coser y las conectar igualdad. Irreverencias pletóricas de igualdades y amorosidades.

“En ese camino de ampliación de derechos, el 15 de julio de 2010, se aprobó la Ley 26.618 de Matrimonio Civil Igualitario. (…) Recordé a Eva Perón, me pregunté cómo se habría sentido ella cuando presenció la sanción de la ley de los derechos políticos de las mujeres” (Kirchner, 2019: 248).

Políticas y poéticas de esas (nuestras) mujeres. Ellas y sus políticas.

Poéticas y políticas que afirman, se preguntan y vuelven a afirmar. No es casual que en el epílogo de su libro Cristina insista con las relaciones entre biografías y políticas, en este caso, las posibilidades de acceso a la universidad.

Biografías y políticas que se enredan también en estos días en los cuales se nombra lo remoto. Lo remoto que también intenta decirnos que estas historias de plazas y memorias, las memorias de las plazas, es la conjugación de pasados, presentes y futuros.

Nos sentimos extrañadas, nos extrañamos de estos tiempos, nos extrañamos en estos tiempos. Es cierto que nos esperan desigualdades, desolaciones post pandemia, y no es menos cierto que nos tenemos y nos estamos esperando para abrazarnos.

La tarea (de reconstrucción) es política y pedagógica.

 

Bibliografía

Evita (1995): La razón de mi vida. Buenos Aires, CS.

James D (2006): Resistencia e integración. Buenos Aires, Siglo XXI.

Kirchner C (2019): Sinceramente. Buenos Aires, Sudamericana.

Levinas E (1997): Totalidad e infinito. Salamanca, Sígueme.

Merlin N (2019): Restitución del cuerpo y politización de lo íntimo. El feminismo. Recuperado de: https://www.pagina12.com.ar/170424-el-feminismo.

Mistral G (2018): Pasión de enseñar. Universidad de Valparaíso.

Ranciere J (2012): El desacuerdo. Buenos Aires, Nueva Visión.

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