El Decreto abre una puerta, ahora necesitamos espacios de representación

La coordinadora de la Comisión de Género y Diversidades de los Equipos Técnicos del Partido Justicialista nacional charló con dos referentas y militantes peronistas, las compañeras Paula Arraigada (CABA) y Victoria Izquierdo (Provincia de Buenos Aires). El contexto del diálogo fue el decreto presidencial 721/2020 que establece reservas de puestos de trabajo para ser ocupados exclusivamente por personas travestis, transexuales o transgénero. Las expectativas y caminos que se abren para el colectivo y para un conjunto de identidades forman parte de los desafíos de nuestro movimiento y nuestro partido.

–¿Qué significado tiene para el peronismo el decreto presidencial que establece el cupo laboral trans para la administración pública?

Victoria Izquierdo: El colectivo travesti-trans en Argentina ha tenido a la prostitución como como único destino para sobrevivir. Por eso venimos luchando hace muchos años en democracia dentro del colectivo: el derecho a poder trabajar, a dignificar la vida. No es casual que esta medida suceda en este gobierno, porque siempre el peronismo se ha dedicado a empoderar y dignificar a las y los más vulnerables. Fueron los gobiernos de Néstor y Cristina los precursores de empoderar a nuestro colectivo, y quienes nos abrieron las puertas y nos escucharon. La política y la democracia tenían una deuda con el colectivo travesti-trans. Este decreto significa un resarcimiento a todas las compañeras que sufrieron violencia institucional, y una reparación a todas las que quedamos de pie. Lamentablemente, seguimos teniendo un promedio de esperanza de vida de entre 35 y 40 años, y esto no es un dato menor, porque luego de cuatro años de un Estado que avasalló todos los derechos, nuestra situación se agudizó. En lo que va del año perdimos a 64 compañeras, la mayoría de ellas menores de 30 años. Por ellas y por nosotras, este cupo es un reconocimiento a la lucha.

Paula Arraigada: El decreto viene a resarcir una larga demanda del colectivo trans-travesti, a subsanar y reparar ese hilo que estaba roto. No lo habíamos estropeado nosotras, sino el propio Estado. Alberto dijo hace muy poco que hay que construir un país más justo, y en esa construcción de un mundo más igualitario aparecen estos debates relacionados a las poblaciones vulneradas. Creo que esto igualará un poco la situación de nuestro colectivo con el resto de la ciudadanía, lo que coincide con nuestra demanda histórica. No es el primer debate que atraviesa el peronismo en este plano. En todas sus gestiones se han sancionado desde 1943 leyes a favor de derechos de los trabajadores y las trabajadoras, de los niños y las niñas, los derechos de la ancianidad, o el acceso al voto femenino. Ya en la última década se inicia una nueva apertura social, con la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género, que permitió una mayor concientización respecto a la diversidad. Como toda peronista, estoy agradecida: era lo que esperábamos. Sabíamos que iba a llegar, pero no cuándo, y sentimos que era el momento para que el Estado reconociera por primera vez a una población que históricamente ha vivido por fuera de todo sistema, solo por haber definido nuestras identidades. A través de la lucha hemos puesto en el tapete, en este decreto, la problemática de nuestro corto promedio de vida. De esta manera, generamos esperanzas en las compañeras que hasta ahora estaban destinadas a morir a una edad muy joven.

–¿Qué cuestiones quedan fuera del decreto y hay que seguir trabajando? 

Victoria Izquierdo: Tenemos un Frente Federal Travesti Trans por el Cupo Laboral, con la compañera Paula Arraigada, donde hay activistas de distintas partes del país. Consideramos que no es solo una ley, sino un posicionamiento político. Porque después en la Argentina algunos pierden la memoria, dan vuelta el voto y vienen gobiernos a desmantelar estos logros. Teniendo una ley es diferente, ya no vamos a retroceder. Es decir, no solo trabajamos por establecer una Ley Nacional de Cupo, sino un posicionamiento político. En cuanto a los desafíos, son muchísimos. El 95% de la población travesti-trans en Argentina va a tener una vida más digna, va a poder tener acceso a una tarjeta de crédito. Muchas no sabemos qué es eso, o derecho al acceso a la salud, con lo dificultoso que nos resulta. Vamos a poder tener nuestro dinero y poder comer lo que tengamos ganas, porque nosotras las travestis comemos día por medio. Es así, yo lo vivo a mis 54 años y, pese a las dificultades diarias, no perdemos de vista los objetivos, ni dejamos de luchar con alegría. Estas cosas va a hacer el cupo: va a dignificar nuestra vida. Ya conseguimos un país que va en busca de una nueva construcción de derechos, faltan cosas todavía, pero este cupo da muchísimas posibilidades.

Paula Arraigada: El decreto lo que hace es abrir una puerta que materializa esto que estaba en el aire, pero no repara toda una ausencia que trasciende esta medida. Se necesita una ley de reparación histórica, se necesitan leyes que contemplen el acceso a la vivienda digna, pero sobre todo hay que cambiar ese paradigma sociocultural, ya que en el Congreso se piensan, se dictan y se proclaman todos los días leyes que sólo son pensadas para una sociedad heteronormativa. Cuesta pensar todavía en una mirada amplia de las diversidades. Es hora de discutir también cuestiones de otros colectivos, como las mujeres afro, las originarias y las compañeras sordas, que también tienen problemas para la inclusión real en el ámbito laboral. Necesitamos que los espacios sindicales y partidarios, como en el Partido Justicialista, tengan una apertura a otras identidades, para lograr construir poder popular desde la esencia del Partido, que no solo es ampliar derechos, sino también democratizar nuevas voces. Esperamos que el año que viene podamos ver a compañeras trans en las listas. Queremos ser nosotras las protagonistas de ese momento histórico. No le demos el privilegio a la derecha de llevarse los laureles de nuestras banderas.

–Pensando en la consolidación del movimiento popular, donde el peronismo actúa como su eje vertebral, ¿cómo ves su relación con las luchas por el reconocimiento y la igualdad de las diversidades que se dieron durante estos años? ¿Cómo fue esa simbiosis y en ese sentido? ¿Y cuáles creés que son las prioridades de una agenda de las diversidades en el gobierno que encabeza el compañero Alberto?

Victoria Izquierdo: Hace 24 años que milito dentro del PJ, pero nunca me habían dado un espacio para poder expresarme, al igual que en todas las demás organizaciones del peronismo. Recién en el segundo mandato de Cristina empezamos a ocupar espacios dentro de las diferentes organizaciones y empezaron a escucharnos. Cuando trabajamos en la campaña nos sentimos aceptadas, respetadas, amadas, abrazadas. Las organizaciones políticas hoy sí abrazan a todo el colectivo. Cada proceso social lleva un tiempo de deconstrucción. Nuestros cuerpos fueron patologizados. La medicina nos trataba como personas demenciales y en nuestras adolescencias comúnmente nos medicaban. Por eso para nosotras es muy importante ser recibidas en las organizaciones políticas. Yo hoy me siento contenida dentro del Partido y no puedo pensarme por fuera del Movimiento. Necesitamos representatividad. Nosotras, las sobrevivientes, sufrimos todas las desidias, y entendemos que ocupar espacios de poder va a ser histórico en Argentina, porque habrá una nueva visión de la política, y vamos a pelear por otras conquistas. Queremos compañeras diputadas. Tenemos muchos sueños de una patria justa, libre y soberana donde todes gocen de los mismos derechos, donde a nuestras infancias travestis trans también se les garanticen sus derechos. Hoy seguimos invisibilizadas en el discurso educativo, por ejemplo, con el Derecho a la Educación Sexual Integral, que no se cumple como corresponde. 

Paula Arraigada: En los últimos tiempos, los colectivos sociales en sus diversas identidades siempre han estado presentes en las luchas del movimiento peronista. Quizás nos ha faltado aunar los esfuerzos dentro de nuestras construcciones, pero creo que la mayoría de las identidades de la diversidad se sienten comprendidas en el campo nacional y popular, y la mayoría tiene en su corazón el sentimiento peronista. El Movimiento necesita ir contemplando las necesidades particulares de cada colectivo, no sólo desde fuera, sino desde dentro, desde los lugares de conducción, en el armado de las comisiones donde se defina lo importante. Necesitamos que las diversidades estén representadas por quienes las integran. Gracias a Néstor Kirchner volvimos a creer en la política como esa herramienta que transforma la vida de los pueblos. Hoy nosotras tenemos este decreto que comienza a subsanar una de nuestras demandas más urgentes, pero si hay algo que tiene una buena peronista es que, si hay alguien al lado que no esté comiendo, se reparte lo que haya en igualdad. Dentro del peronismo seguiremos militando por esta unidad en la diversidad que, junto a Alberto y Cristina, pondremos a la Argentina de pie.

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