Debates sobre las políticas de género en Latinoamérica

No es novedad que las demandas feministas y los reclamos antipatriarcales han adquirido mucha fuerza social en Latinoamérica en los últimos años, lo que se pone en evidencia con marchas y manifestaciones masivas. Esa capacidad de movilización continua y permanente expresa demandas concretas de políticas públicas y respuestas estatales planificadas y eficientes contra las violencias, desigualdades y exclusiones por razones de género.

Sin referirse a las políticas de género, pero sí a las políticas en Latinoamérica, Carlos Matus escribió sobre la distancia entre la política y la planificación en las últimas décadas del siglo XX, y la importancia de encontrar un equilibrio entre la racionalidad política –eso que tiene que ver con las decisiones políticas y los posicionamientos ideológicos– y la racionalidad técnica –el diseño, la planificación y la evaluación de las políticas de Estado. Matus, con la experiencia de ser parte de la gestión del presidente Salvador Allende en Chile en 1970 hasta su derrocamiento en 1973, trabajó en teorizar las políticas públicas, porque observaba una distancia entre éstas y la realidad, a la vez que propuso planificar las decisiones políticas para garantizar la implementación de las ideas con eficacia. La planificación estratégica situacional es la herramienta metodológica que propuso para acercar las demandas sociales del presente con el horizonte deseado, y de esta manera proveer mayor rigurosidad técnica a las decisiones políticas y las respuestas de los gobiernos.

En este debate sobre las políticas públicas en Latinoamérica, Sabine Lamour –ya desde el feminismo haitiano– alerta sobre los riesgos que suceden cuando las políticas de género son formatos enlatados provenientes de organismos internacionales, que despolitizan los organismos locales. La ejecución de proyectos sin la vinculación con los escenarios locales, y con fuertes improntas focalizadas, no hace más que dañar la imagen de los organismos políticos locales y las iniciativas y luchas históricas de los movimientos feministas y antipatriarcales. El intervencionismo internacional, sostiene Lamour, impacta negativamente en las políticas de género, porque, de igual forma que atraviesa otros ejes políticos, acerca políticas que no son definidas por las mujeres e identidades disidentes en Haití: ocupa espacios sin generar transformaciones sustantivas; y garantiza la permanencia de los actores internacionales junto a sectores políticos conservadores y dictatoriales que desestiman los recorridos históricos de las luchas feministas.

Sabemos que cada año hay muchas manifestaciones en toda Latinoamérica, que se han incorporado las agendas feministas en las agendas políticas locales y nacionales en todos los Estados, y que su visibilidad y masividad no necesariamente se correspondió con respuestas eficaces y concretas a las distintas demandas antipatriarcales.

Como conclusión a este breve repaso, corresponde reconocer un punto de encuentro entre las dos miradas: en primer lugar, la valorización de las ideas políticas en la planificación, la ejecución y la evaluación de políticas públicas, para evitar respuestas sin impacto social; y en segundo lugar, la importancia de que las respuestas estatales sean planificadas y diseñadas junto con las organizaciones políticas, sociales y emancipatorias, para que de las demandas tengan una respuesta transformadora y efectiva de las realidades latinoamericanas.

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