Unidad hasta que duela

Desde sus orígenes, de la mano de Perón y Evita, el Movimiento Nacional Justicialista encarnó las necesidades de los sectores populares, de los más desprotegidos y humildes, a quienes les garantizó la instauración de derechos y conquistas sociales hasta ese momento inalcanzables. El amor y la lealtad fueron la moneda de cambio que estos dos grandes líderes de nuestro movimiento cosecharon por hacer visible como sujetos de derechos a esa inmensa mayoría de nuestra Argentina profunda.

La unidad entre el líder y su pueblo allanó el camino para las profundas transformaciones que se dieron en nuestro país, las que cambiaron sustancialmente la vida de millones de argentinas y argentinos. Ni siquiera los intentos nefastos llevados adelante por quienes planificaron y concretaron golpes de Estado con políticas proscriptivas, criminales y persecutorias lograron borrar de la memoria colectiva las banderas que el peronismo siempre desplegó: justicia social, soberanía política e independencia económica.

Fue también la unidad la que nos permitió recuperar el gobierno en el año 2019, con una herramienta fundamental como fue la construcción de un frente amplio, que contuviera a todas y a todos los que nos oponíamos a las políticas neoliberales que tanto daño habían provocado en tan solo cuatro años. Teníamos muy presentes las gestiones de crecimiento, desendeudamiento y desarrollo que habían llevado adelante primero Néstor y después Cristina. La decisión y el coraje de esta extraordinaria mujer, dos veces presidenta y actual vicepresidente de la Nación, su visión estratégica y su profunda convicción de dejar a un lado las diferencias, los resquemores y los intereses sectoriales fueron fundamentales para avanzar con la construcción frentista que logró a través del triunfo en las urnas ponerle un freno al desastre que las políticas macristas estaban provocando en la vida de los argentinos y las argentinas.

Nada hacía prever el complejo escenario que la coalición gobernante del Frente de Todos y nuestro presidente Alberto Fernández deberían afrontar. Por un lado, la terrible herencia de desarticulación y endeudamiento sideral del Estado del macrismo y, por otro, el flagelo del COVID-19 que pone al límite los sistemas de salud –públicos y privados– con contagios masivos y numerosas pérdidas de vidas.

En este contexto cobran vital importancia las elecciones legislativas nacionales de medio término que pondrán a prueba la capacidad de nuestro movimiento de militar y llegar con las propuestas a millones de ciudadanos y ciudadanas a lo largo y ancho de nuestro país, así como la responsabilidad de defender y visibilizar en el territorio las políticas públicas que el gobierno del Frente de Todos diseña y ejecuta para enfrentar las dos pandemias que nos golpean. El ingreso de un número mayor de diputados y diputadas del Frente de Todos posibilitará alcanzar una mayoría propia al gobierno nacional para avanzar con las iniciativas parlamentarias necesarias para la gestión, ante la persistencia de una oposición necia y desvergonzada que permanentemente recurre a los más sucios artilugios para confundir y desinformar a la población.

La compleja situación sanitaria, social y económica amerita el compromiso permanente de dirigentes, funcionarios y funcionarias para mantener y avivar permanente la llama de la unidad: “unidad hasta que duela”, decía en los primeros meses de 2019 el querido Flaco Gioja, frase que cobra real significado ante la aparición de algunas desinteligencias y cortocircuitos en el seno de nuestro frente. El árbol no puede volver a taparnos el bosque, no debemos dejar espacio a la duda o a la especulación, porque la derecha está ahí, esperando que cometamos algún error para volver a clavar sus garras en nuestro pueblo, en nuestra gente.

En aquellas provincias donde somos oposición, como es el caso de Río Negro, debemos seguir profundizando el trabajo territorial y la construcción colectiva, para volver a enamorar con la mística del peronismo a quienes todavía no nos ven como una opción de gobierno. Pero también necesitamos que nuestro gobierno nacional nos distinga y nos dé visibilidad, porque somos los compañeros y las compañeras quienes ponemos el cuerpo y las convicciones ante la ciudadanía para generar, en las urnas, la mayoría en la Cámara de Diputados para profundizar el programa de nuestro gobierno nacional, popular, democrático y feminista.

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