La Reexistencia Peronista que está siendo

Me pide Mariano, nuestro director, que trate de explicar qué es Reexistencia Peronista. El problema es que RP no es, sino que está siendo. Y está siendo lo que sus integrantes andan queriendo que sea. Son gente que en general viene del ámbito académico, pero se distinguen de los académicos vulgares en que estos tienden a olvidar la realidad: por ejemplo, están los que creen que el objeto de estudio de la sociología es la sociología, en vez de la sociedad, o los que creen que el objeto de estudio de la filosofía es la filosofía, en lugar de las cosas que son y que pasan. Los de RP tienden a estudiar la realidad en la que viven usando los libros y las ideas como instrumento de conocimiento y transformación. Otra diferencia es que hay mucho intelectual que se cree más que los demás, que se siente algo así como parte de una vanguardia esclarecida. Los de RP se saben parte del pueblo. Ni vanguardia, ni retaguardia: una parte más. Y no se preocupan mucho por andar definiendo qué es el pueblo, porque al ser parte no les hace falta definirlo para conocerlo.

Obviamente, como cualquiera que hace del pensamiento una actividad central de su vida, son críticos y no aceptan dogmas ni imposiciones, pero no se la pasan criticando, sino que también proponen. En ese marco se está armando una colección de libros electrónicos sobre los temas que más nos afectan, tales como educación, seguridad, vivienda, salud, cuestiones tributarias o economía, y otros asuntos más teóricos pero no menos concretos en sus implicancias, como pensamiento nacional, literatura, filosofía política y otras cuestiones por el estilo. Y también alientan y colaboran con iniciativas como esta, la revista Movimiento.

La mayoría de sus integrantes tiene menos de cuarenta años, vienen de todo el país y de todas las corrientes del peronismo (la mayoría tiene también obras publicadas, títulos de posgrado y un currículum notable; esto va entre paréntesis porque es sólo para quienes aún no se enteraron de que el Peronismo es una de las usinas intelectuales más dinámicas y vigorosas del mundo). Se empezaron a juntar a fines de febrero con la única consigna de que estén quienes quieran estar y tengan ganas de que también estén los y las demás. Nada de andar calificando o descalificando personas, sino analizando y criticando ideas y conductas pero, sobre todo, proponiendo. Y esto no por ser buena gente o políticamente correctos. Se trata de priorizar la lucha por la idea y de no perder tiempo ni energías en denuestos inconducentes. La situación del país, de Nuestra América y del mundo es demasiado grave y el Peronismo debe aportar lo suyo. Es una responsabilidad ineludible. No hay espacio para mezquindades. Ni para sentarse a esperar que alguien haga algo.

Ante cada coyuntura difícil aparece el peronismo para ponerle el cuerpo. No resucitando, pues lo han querido matar pero hasta ahora nunca ha muerto. No regresando, pues lo han querido echar pero nunca se fue del todo. Siempre reexistiendo, pues cada momento de la historia requiere un modo distinto de existir. Adecuando la doctrina y la estrategia a cada circunstancia, pero sin alterar los grandes principios: la soberanía política, la independencia económica y la justicia social. Vale repetirlos. No son palabras vacías, sino que cada vez se llenan de más sentido y significado. Todo ello para conseguir nuestros fines últimos: la felicidad del Pueblo y la grandeza de la Patria.

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