De la Unidad del Peronismo a la Unidad Nacional

Más allá del breve paréntesis de festejos por el triunfo rotundo que el Pueblo Argentino le otorgó a nuestro frente electoral de TOD☀️S, el pasado 11 de agosto, rápidamente la reacción destemplada de Macri y de algunos de sus socios nos advierten que no hay margen para distendernos y nos obliga a ser muy conscientes y reflexivos sobre los próximos pasos.

Habrá un nivel de detalle que sólo podremos advertir una vez que efectivamente accedamos al gobierno nacional, pero la gravedad de la situación económica afectada por una prolongada recesión, un alto endeudamiento en divisas alimentado por una práctica gravemente especulativa, un profundo debilitamento de la estructura productiva y de la plataforma científica y tecnológica nacional, así como la dolorosa situación social donde la pobreza, el desempleo, la crisis alimentaria y el endeudamiento de las familias más pobres, constituyen datos ineludibles de la verdadera pesada herencia a recibir por nuestro próximo gobierno.

¿Qué conclusiones podemos sacar en este momento sobre la situación?

  1. El valor de la política como herramienta emancipadora. En el vaciamiento conceptual que quiso imponer el macrismo intentó desalojar el debate político por el dominio de las reglas del marketing. La gestión del marketing político suma o resta, pero no reemplaza a la acción política: la Unidad del Peronismo y de la mayoría de las fuerzas nacionales y populares –respondiendo a la demanda que se promovía desde el seno del Pueblo que Alberto Fernández fue de los primeros en percibir, a la que Cristina Fernández supo darle el diseño adecuado, y la mayoría de los dirigentes políticos, sindicales y gobernadores le aportaron su valiosa encarnadura– fue indudablemente el principal artífice de la victoria.
  2. La necesidad de seguir sumando masa crítica para consolidar el resultado electoral en octubre, pero sobre todo para gobernar. Frente a la gravedad de la crisis y el contexto internacional adverso, nadie sobra: todos hacen falta para encarar con consciencia y actitud militante una gestión que revierta las actuales dificultades y que desde un inicio abrace con solidaridad a quienes más sufren y necesitan, mientras se revierte el cuadro desolador que este gobierno corporativo y de valorización financiera nos ha impuesto.

Ellos piensan en términos de República, nosotros en términos de Democracia Federal y Participativa. Así como la distribución del ingreso es para el pensamiento peronista el principal impulso al crecimiento, la distribución del poder será el principal factor de estabilidad e impulso al desarrollo.

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