Poema

En una patria argentina
de pezones negros,
dos gallos morados
se muestran las astas.

Baten sus pañuelos
y siembran uñas
en el aserrín.

En ebullición,
salpican como milanesas
sobre el aceite lavado
de una siesta dorada.

Los compadres alegres
agradecen al cielo
bajo nubes cargadas
de cerveza sin gas.

 

Ezequiel Acosta Falcón. Poeta Misionero

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